El Gato persa tiene un cuerpo compacto, redondeado y musculoso y con una estructura ósea robusta. Las patas son cortas y gruesas. La longitud de un gato persa suele oscilar entre unos 40 a 50 cm, más 25-30 cm de cola y unos 30 cm de altura.
Tiene un pelaje espeso, abundante, largo y sedoso, con una cola bien poblada de pelo y ligeramente redondeada en el extremo.
Su cabeza es grande, ancha y redonda, mejillas salientes, nariz corta, orejas pequeñas y redondeadas, muy distanciadas entre sí y con mechones de pelo largo y con unos ojos grandes, redondos y muy abiertos.
La variedad de colores en la raza persa es enorme. Los monocolores deben tener el color igualado, intenso y sin tonos claros, como negro, blanco, lila, rojo, crema..., también pueden tener combinaciones de colores, como es el caso de los bicolores o arlequín.
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