Interpretar sus gestos
Los gatos no hablan pero si sabemos interpretar su código de comunicación, entenderemos también lo que nos quieren decir. Y no es nada difícil de aprender. El Maullido, la expresión de la cara y la posición de cuerpo nos revelan mucha información sobre el estado de ánimo del gato, lo que le gusta y lo que le molesta.
El hecho de que los gatos sean considerados animales falsos e impredecibles se debe sobre todo a interpretaciones erróneas de su comportamiento. Se dice que los gatos atacan a traición y, sin embargo, casi nunca lo hacen sin avisar antes. Se debe tener mucho cuidad cuando un gato levanta las patas, mueve la cola y repliega las orejas hacia atrás. Si alguien desconoce o no sabe interpretar estas señales, no debe asombrarse si de repente recibe un zarpazo.
Los gestos de amenaza que casi todo el mundo conoce son el bufido y el lomo encorvado, acompañados de pelo de punta y la cola erizada. Un gato que adopta esta posición, la cual puede observase cuando se encuentra ante un perro, está claramente preparado para el ataque y la defensa. Sin embargo, el gato también curva el lomo cuando acaba de despertarse y se estira y despereza bostezando. En este caso la postura no es amenazadora, sino inofensiva, una señas de que se siente relajado y a gusto.
Los gatos son, por naturaleza, muy precavidos. Cuando se encuentran en un lugar desconocido, se agachan y se mueven con el cuerpo encogido, casi rozando el suelo. Hasta que no están seguros de que no les amenaza ningún peligro, no se relajan. Una vez tranquilos, recuperan su postura normal.
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